Hasta cuatro generaciones coinciden hoy en día en el mercado laboral (baby boomers, generación X, millenials y gen Z) lo cual genera un nuevo desafío para las organizaciones: ¿cómo lograr un equilibrio adecuado entre la generación de oportunidades para los jóvenes talentos y la puesta en valor de los empleados seniors?
Salir exitoso de este reto no solo soluciona un problema, sino que se convierte en una oportunidad para el éxito. Según el World Economic Forum, las organizaciones que integran diversas generaciones en su fuerza laboral son más innovadoras, resilientes y productivas.
Sin embargo, Deloitte señala que solo un 6% de los líderes empresariales se sienten preparados para gestionar eficazmente una fuerza laboral multigeneracional. ¿Cómo podemos, desde el área de Personas y Cultura, crear este espacio donde el talento joven se desarrolle y los seniors se sientan valorados y reconocidos? Te damos algunas claves para conseguir una convivencia intergeneracional exitosa en tu equipo.
¿Cómo fidelizar al talento joven?
No dejamos de escucharlo, los jóvenes buscan algo más que un empleo: desean propósito, crecimiento y un plan de carrera claro. Un estudio de Betterworks refleja cómo un 72% de los empleados más jóvenes prefieren desarrollar su carrera dentro de la misma empresa. Sin embargo, muchas veces no encuentran el acompañamiento necesario, lo que genera frustración y alta rotación.
Las empresas tienen en sus manos la oportunidad de fomentar trayectorias personalizadas que permitan a los jóvenes desarrollarse profesionalmente. Los programas de mentoría, donde los seniors guían a los más jóvenes, no solo fidelizan a nuestro talento, sino que fortalecen la cultura organizacional y generan un sentido de pertenencia.
Asimismo, podemos ofrecer beneficios que se adapten a las distintas generaciones, personalizándolos según sus preferencias. La flexibilidad laboral también juega un papel crucial, permitiendo a los empleados ajustar su jornada para equilibrar mejor sus responsabilidades personales y profesionales.
Valorar y aprovechar la experiencia sénior
Mientras tanto, los empleados seniors aportan experiencia, conocimiento y estabilidad, y son una fuerza en auge. La OMS proyecta que la población mundial mayor de 60 años pasará del 12% al 22% en 2050, debido a una mayor calidad de vida y a la reducción de las tasas de natalidad. Solo entre 2002 y 2022, la duración estimada de la vida laboral de una persona en la Unión Europea aumentó 4,1 años.
A pesar de estos datos, el 26% de los trabajadores mayores de 50 años se siente poco valorado en su organización, según una encuesta de 65ymás y Cámara de Comercio de España. Se vuelve crucial que desde las áreas de Personas y Cultura se generen políticas activas de reconocimiento y puesta en valor de su aportación, creando espacios donde puedan seguir desarrollándose profesionalmente y compartiendo su experiencia.
Acciones clave para promover la convivencia generacional
Entonces, ¿qué podemos hacer?
- Implementa un programa de mentoría bidireccional: Puedes fomentar el intercambio de valor con programas donde los empleados más jóvenes compartan sus conocimientos tecnológicos con los seniors, mientras que estos últimos aportan su vasta experiencia en liderazgo, gestión de proyectos, conocimiento de la industria y habilidades estratégicas.
- Desarrollo continuo: Diseña trayectorias de crecimiento que incluyan tanto a jóvenes como a seniors, fomentando un aprendizaje constante. ¡Tener más de 50 años no implica no querer actualizarse!
- Flexibilidad y bienestar: Adapta políticas de trabajo flexible que permitan a los empleados de todas las generaciones equilibrar sus responsabilidades profesionales y personales. Ten en cuenta las necesidades personales de cada uno, que variarán según su situación vital. En Wonest podemos ayudarte con un acompañamiento personalizado.
- Reconocimiento de todos los aportes: Visibilizar las contribuciones de cada empleado, independientemente de su edad, refuerza el sentido de pertenencia y motivación.
La diversidad generacional en una empresa no es solo una cuestión de convivencia, sino de aprovechar lo mejor de cada grupo para crear un entorno de trabajo más colaborativo y productivo. Sin duda supone un nuevo reto para los directivos de Recursos Humanos, pero también una oportunidad para impulsar el éxito a largo plazo.