En 2025 muchas organizaciones están planteando el regreso a la oficina como una pieza clave para fortalecer la cultura interna. Aunque el último Monitor Adecco muestra que el teletrabajo alcanza su nivel más alto desde 2021 (con un 14,4% de ocupados), un estudio de CBRE y CoreNet Global revela que el 66% de las empresas espera que sus equipos trabajen presencialmente al menos tres días a la semana.
El verdadero desafío radica en repensar cómo queremos que se sienta y se viva esa vuelta al trabajo presencial. ¿Qué valores queremos que se respiren en el día a día? ¿Cómo aseguramos que la experiencia en la oficina sume, en lugar de restar?
Personalizar sin perder la visión global
El deseo de muchas empresas de aumentar la presencialidad no se basa en la productividad directa, sino en algo más profundo: construir una cultura sólida, mejorar el trabajo en equipo y reforzar el sentido de pertenencia. Según el estudio de CBRE, los principales obstáculos para lograr entornos efectivos son la falta de construcción de relaciones (52%), la escasa colaboración entre equipos (51%) y una débil conexión cultural (42%). Son precisamente esos vínculos los que dan sentido al espacio físico.
Frente a estos problemas, la presencialidad puede ser una herramienta poderosa si se convierte en una experiencia valiosa. La vuelta al trabajo presencial no debería vivirse como un retroceso, sino como una oportunidad para rediseñar el día a día laboral. Para lograrlo, cada organización debe preguntarse qué quiere que sus colaboradores vivan cuando cruzan la puerta. ¿Qué vínculo emocional se está fortaleciendo desde ese reencuentro? ¿Cómo logramos que el esfuerzo de desplazarse valga la pena?
Porque sí, el tiempo de desplazamiento es una de las principales barreras a la hora de volver a la oficina para el 57% de los encuestados en el estudio de CBRE. La solución parece pasar por flexibilizar horarios y facilitar el acceso. Una flexibilidad que va más allá de la tendencia para convertirse en una necesidad. Tanto es así, que el 78% de los trabajadores padres y madres afirma que la flexibilidad es el factor más determinante para su productividad, según el III Estudio de la Felicidad Organizacional (2023–2025), realizado por Awards of Happiness.
Impulsar la asistencia con estrategias de bienestar laboral
Ante estos desafíos, cada vez más organizaciones están poniendo en marcha estrategias de cambio para acompañar la transición. El 45% ya está aplicando estrategias específicas. La más efectiva, según el estudio de CBRE, es contar con líderes que actúan como referentes (66%), seguida de inversiones en tecnología, formación para managers y la organización de actividades sociales y eventos. Además, muchas compañías están rediseñando sus oficinas para adaptarse a nuevas formas de trabajar: el 63% ha comenzado a incorporar más zonas colaborativas y menos puestos de trabajo fijos.
El Solution Point de Wonest cobra especial relevancia en este escenario. Permitir a los colaboradores realizar gestiones personales desde su lugar de trabajo —como recoger paquetes, hacer envíos o delegar tareas cotidianas— no solo les ahorra tiempo, también convierte la oficina en un espacio que entiende y cuida su bienestar.
Estas transformaciones no solo buscan atraer al talento de vuelta a los espacios físicos, sino que forman parte de un cambio más amplio hacia estrategias de bienestar laboral que impacten de forma real en la vida de las personas.
No hay una fórmula única, pero sí una certeza: bienestar y estrategia pueden ir de la mano. Una estrategia sólida de regreso a la oficina, pensada desde el bienestar, puede reforzar la cultura interna, acelerar la innovación y mejorar el vínculo con la compañía. Porque cuando los espacios se llenan de propósito, las personas también se quedan.